Es un ícono de la colonia y fuente de leyendas
En plena calle 5 de Mayo, de la colonia Fátima de esta ciudad, frente a una escuela primaria de nombre Lázaro Cárdenas, sobrevive y prospera un árbol de camichín por ya más de 70 años.
Rodeado de pavimento e impidiendo la circulación por un carril, el árbol se mantiene a sus anchas y frondoso, convirtiéndose en una leyenda de la colonia y de generaciones de niños y niñas que lo han conocido y han jugado en él al salir de la escuela.
El árbol es un referente para ubicarse en la colonia y ha sido ermita de una imagen de la Virgen de Fátima que hace más de 60 años colocó ahí doña Anita, quien vivía enfrente y tuvo a bien poner la imagen, un arreglo floral y unas veladoras.
Durante años, ese hecho ha servido para despertar leyendas como aquella que dice que en las noches el diablo se columpiaba en las ramas del árbol; cansada de eso, la señora colocó la imagen y encerró dentro al adefesio, el cual intentó salir pero no lo logró y quedó impreso en varias partes del tronco y las raíces. En unos lados se veía clarita una mano y un brazo, en otros parte de la cara; se dibujaba un perfil con una fea nariz y una barba puntiaguda, nos cuentan los transeúntes.
Otro señor contó que en ese camichín colgaron a varios cristeros y una que otra noche, se aparecían. Otros cuentan que en los alrededores, antes de que se construyera la escuela primaria, rondaba un animal (no se sabe si perro, chivo o puerco) muy negro con ojos muy rojos que crecía y de un momento a otro pasaba a ser enorme.
LA SEÑORITA PERITA SIGUE A CARGO
Entrevistada al respecto, la señorita Perita, hija de aquella legendaria doña Anita, nos relata que al morir su mamá, ella quedó encargada de barrer y regar alrededor del árbol, y le ha sembrado flores amarillas de obelisco e incluso ha mandado hacer un portarretrato de madera y cristal para que la imagen no se dañe.
Han sido varias las imágenes de la Virgen que han colocado en el lugar durante años, cuando ya la anterior se arruga, se decolora con el sol o se moja con la lluvia; diario le prenden sus veladoras y una vez al año un bondadoso matrimonio viene y le cambia el arreglo de flores artificiales por uno nuevo y colorido.
Cabe señalar que ahí no se le reza a la imagen ni se hacen misas, solo se le cuida; no hay milagros que contar, pero tampoco diablos ni colgados ni animales negros con ojos rojos; todo es por fe y por gusto de algo que empezó hace más de 60 años por una madre de familia.
En cierta forma, el milagro es el árbol, el cual en 70 años no ha sido cortado, a pesar del progreso de la ciudad y de la colonia. Cuando construyeron la escuela primaria lo respetaron, para que diera sombra a niños y niñas; y, cuando hicieron la calle y la pavimentaron también lo respetaron.
El árbol a su vez responde con un verde follaje y fuertes raíces; está saludable, lo que nos lleva a pensar que durará otros 70 años más si lo dejamos vivir y lo honramos.
Asimismo, cabe destacar que la fiesta de la Virgen de Fátima es una de las celebraciones más conocidas del calendario mariano, y aunque se celebra el 13 de mayo, el 5 de mayo comienzan los nueve días de preparación para esta celebración, como es su caso en este 2023.
En dicha fecha se recuerda la primera aparición de la Virgen, en 1917, en las colinas de Cova de Iría (Portugal) a tres pastores: Lucía dos Santos, Francisco y Jacinta Marto. Así como que, el propósito de la Virgen de Fátima es ayudar a vivir más plenamente de acuerdo a las enseñanzas de Cristo y exhorta a rezar el rosario todos los días.