Escuadra del Japón lo trajo a la concha acústica como exhibición
Como sucede muchas veces en nuestro suelo salado, no nos damos cuenta de la importancia que tienen cosas que nos son cotidianas, hasta que los datos se pierden para siempre, o por lo menos son ya muy difíciles de rastrear. Es entonces cuando entran las lamentaciones porque no se hizo un registro fidedigno de hechos que en un principio quizá nos parecieron tontos o insignificantes. Esto es especialmente cierto en cuanto al mundo de los niños y sus entretenimientos lúdicos.
En este apartado podemos citar al juego denominado Charangais, nacido en Manzanillo y que a partir del inicio de la década de los setenta se empezó a esparcir por todo el estado y el país. El Charangais es conocido también en algunos lugares como changarais, changai e incluso changalalai. Sin embargo es un juego asiático, el cual es muy conocido en China, Japón y la península coreana, donde se le llama Dandibiyo.
LA LEGENDARIA CONCHA ACÚSTICA DE LA UNIDAD PADRE HIDALGO
A finales de los años 60, nuevamente en este punto no se puede precisar el año, la escuadra japonesa tocó nuestro puerto, como suele hacerlo de manera tradicional, y de inmediato se programaron eventos especiales para celebrarlo.
En aquellos años, la Concha Acústica del Seguro Social, al fondo de la Unidad Padre Hidalgo, era sede de los espectáculos más interesantes del Puerto, como presentaciones de magos, hipnotizadores, mentalistas, el ballet folklórico de Felipe López, obras de teatro infantiles y actos de fuerza y destreza, como los que realizara el famoso “Tocos”.
FUE ADOPTADO CON REGLAS PROPIAS
Por eso se escogió ese lugar para que se hiciera un evento con bailes y manifestaciones culturales del país nipón, al cual asistieron muchos de los vecinos de la aledaña colonia del Seguro Social. Luis Moreno Ceja, recientemente fallecido, recordaba siempre aquella ocasión en que asistió al evento artístico-cultural, siendo todavía un niño, en compañía de algunos vecinos, y su madre, Toñita Ceja.
Fue en esa oportunidad que se hiciera una demostración del juego del Charangáis (en realidad dundibiyo), a manera de baile coreografiado de una manera tan atractiva, que se quedó en la mente de los pequeños, quienes al llegar a sus cuadras respectivas, empezaron a jugarlo, adaptando un estilo y reglas propias.
Siéndoles imposible recordar el nombre original de aquel juego del sureste asiático, le inventaron uno que les sonaba exótico, y desde entonces se le conoce en todo el país y aún en el sur de los Estados Unidos como Charangais.
LA PLAZA CÍVICA, EL CENTRO DE SEGURIDAD Y EL PASTITO
El primer barrio de Manzanillo donde se empezó a jugar en los años setenta fue en el Seguro Social, y un lugar muy utilizado para esto fue la Plaza Cívica en la calle 9 de la Unidad Padre Hidalgo, al pie de aquel alto obelisco que se dañara con el sismo del 73. Esa plaza donde muchos porteños aprendieron a andar en bicicleta.
Ahí a un lado estaba el centro de seguridad social, donde se enseñaba cocina, danza, pintura y teatro, esto último con la participación destacada de Don Alfredo Cruz Torres, todo coordinado por la tutela del Prof. Roberto Velázquez Balanzar, que también era el director de la cercana escuela primaria Padre Hidalgo.
En una de las puntas de la plaza estaba la estatua de Don Miguel Hidalgo, y en la otra las oficinas administrativas del Seguro Social, dirigida por el Sr. Sánchez, como jefe, Doña Celia Cisneros como subjefa y una pléyade de recordadas secretarias como Socorro Grajeda y Yolanda del Toro.
Fue ahí, pues, donde niños de otras colonias lo aprendieron, mientras esperaban a que sus mamás salieran de consulta de la clínica del Seguro Social. Recuérdese que en ese tiempo las familias hacían tiempo ahí o en “El Pastito” al fondo de la calle 9.
DE CALLE EN CALLE, DE BARRIO EN BARRIO Y DE COLONIA EN COLONIA
Luego fue esparciéndose su conocimiento por toda la ciudad, con diferentes variaciones en cada calle, barrio y comunidad. Hoy se juega en casi todo el estado, aunque hay una tendencia a desaparecer, porque los niños actuales no se interesan mucho en jugarlo. El juego es conocido ya también en otras entidades.
Para jugar al Charangais se ocupan dos palitos de madera, uno más grande que el otro, así como dos ladrillos. Con estos sencillos elementos ya se está listo para jugarlo.
Se juega en tres tiempos: 1.- Pala: se coloca el palo menor de manera horizontal, apoyando sus esquinas sobre los dos ladrillos, y con el palo de mayor tamaño se hace una palanca, metiéndolo por debajo y lanzándolo lo más lejos que se pueda. Para que el rival no pierda, tiene que cacharlo en el aire. Si cae al suelo, entonces el bando cachador lanza el palo mayor desde la base de los ladrillos hacia donde cayó el palo menor; si lograr golpearlo, habrá quemado al bando lanzador y cambia el turno.
2.- Palazo: El bando lanzador toma el palo menor con la mano, y con la otra le da un golpe estilo batazo con el palo mayor lanzándolo lo más lejos posible. El bando contrario trata que quemar a los primeros lanzando otra vez el palo desde la base de los ladrillos.
3.- Charangais: La parte más difícil es el golpe en el que el palo menor se coloca en diagonal, apoyando una orilla sobre el suelo y la parte central sobre un ladrillo, dejando que la otra orilla quede en el aire, entonces, con el palo mayor se le golpea sobre la parte en el aire, provocando que el palo se levante por el aire una corta distancia girando a gran velocidad, y es en ese preciso momento cuando se le da un segundo golpe tipo batazo con el palo mayor para lanzarlo lo más lejos que se pueda.
Por la dificultad del golpe se tienen tres oportunidades para lograrlo. Luego de hacerlo. Desde la base del ladrillo se empieza a contar la distancia con el largo del palo mayor, las veces que éste quepa, son los puntos que se habrán ganado.
ACREDITADO PLENAMENTE AL ESTADO DE COLIMA
Este juego está reconocido por la Federación Mexicana de Juegos y Deportes Autóctonos y Tradicionales, A. C., la cual es parte integrante de la Codeme, la cual lo ha incluido en sus olimpiadas que se hacen en los estados de la República Mexicana desde el año 2002, acreditado plenamente al estado de Colima.
Los juegos registrados por la Federación como pertenecientes al estado de Colima son aparte del Charangais: la docena, la rayuela y la zumba. Un error en la descripción que hace sobre él la federación, es decir que es un juego prehispánico, lo cual se basa en el hecho de que nadie se ha preocupado aquí por preservar su verdadera historia y origen.
Ojalá que Manzanillo como ciudad y municipio también lo promueva por medio de concursos y competencias entre barrios, de manera que las nuevas generaciones lo conozcan y conserven.
LUIS OCHOA Y EL SEÑOR MEDURA
Por cierto, y hablando de juegos infantiles, Luis Ochoa Ceja fue toda una leyenda invencible en las canicas, el trompo, el yoyo y el balero, como pueden corroborar sus amigos más cercanos, Rafael “Pey” de la Mora Solís y Oscar “Kareem” Bonifacio.
Desde luego que no podía competir con el as del trompo de Manzanillo, el “Señor Medura” Razo, quien por su gran habilidad se presentó en el programa de moda “Increíble”, de Televisa, conducido por Félix Cortés Camarillo y Virginia Séndel Lemaitre, bailándolo por horas.
Actualmente, los juegos infantiles callejeros son cosa del pasado, pues hoy los chavitos prefieren los videojuegos, las redes sociales y ver la televisión sentados en el sofá de la casa. Cuando en una cuadra se ve a un grupo de niños correteando, jugando a la traes, las escondidas, el veintiuno, la roña, el quemado, canicas o Charangais, uno se frota los ojos, no sabiendo si ve fantasmas, una escena del pasado o una visión romántico del puerto que se no fue.