Cumplir un cuarto de siglo de periodismo impreso ininterrumpido es, además de un privilegio, motivo de orgullo sin igual. Los fuertes cimientos que hace 25 años mi señor padre, Carlos Valdez Ramírez, inició en construcción para edificar una casa editorial especialmente enfocada en el más importante de los municipios del estado, como es Manzanillo, nos permiten ahora estar presentes en las manos de ustedes, queridos lectores, suscriptores y colaboradores.
Dos décadas y media se agotan fácil al decirlas o escribirlas, pero las ediciones impresas de El Noticiero de Manzanillo, que dan cuenta de la historia reciente del puerto, constituyen un legado precioso para las actuales y futuras generaciones, interesadas en conocer la identidad y el relato de un pueblo trabajador y generoso, abrazado por el mar, el sol y las montañas.
Flota una mezcla de sentimientos encontrados. Sentimos mucha felicidad porque El Noticiero de Manzanillo ha alcanzado ya una cifra definitivamente sólida, de vigorosa juventud en circulación y, al mismo tiempo, cierta saudade (esa palabra brasileña para decir bonita nostalgia) por imaginar el gozo que habría sentido Don Carlos Valdez Ramírez por cumplir otro ciclo en la batalla diaria de la información.
El Noticiero es ya un periódico de tradición. Los tiempos se han vuelto complicados para los periódicos en papel, lo sabemos todos, salir cada vez cuesta más, pero lo difícil es hermoso y estamos empeñados en continuar el camino trazado por el gran periodista Carlos Valdez Ramírez que, ciertamente, es irremplazable, pero tenemos su escuela, honestidad y bien claros sus propósitos: Hacer periodismo local cercano a nuestra gente.
A nuestros lectores de tradición, todas la gracias por permitirnos continuar a su servicio, iniciamos hoy otro ciclo más, luego de un año de que mi padre partiera a la luz más resplandeciente. Con el amor y la pasión que nos heredó mi amado padre Carlos Valdez Ramírez, entregamos esta edición física, tangible, palpable, concreta y tenaz, de nuestro 25 Aniversario.
Gracias por seguir creyendo en nosotros que Dios los bendiga.