El expresidente se dice víctima. Así se asume. El juicio contra Genaro García Luna, en Nueva York es, para él, un episodio más de una andanada en su contra; una especie de complot que incluiría a autoridades de México y EU, y que sería orquestado por el presidente López Obrador. ¿Es creíble? ¿Son patadas de ahogado?
El pasado lunes, desde España, Calderón aseguró ante medios de aquel país, que tiene “muchas dudas” respecto al fallo que se dio en el juicio contra Genaro García Luna, extitular de Seguridad en su gobierno y acusó que existe una persecución política en su contra.
“Por supuesto soy un hombre de leyes y, desde luego, respeto las resoluciones de los tribunales cuando actúan conforme a derecho. Yo, en lo personal, tengo muchas dudas del veredicto, porque hubiera esperado ver lo que tanto anunció la Fiscalía, ¿no?
“Vídeos, grabaciones, fotografías, estados de cuenta, depósitos y la verdad nada de eso se exhibió. Todo fue en base a testimonios de criminales confesos que -por cierto- a la mayoría de ellos nosotros en nuestro Gobierno perseguimos, capturamos y extraditamos”, señaló.
Y fue más allá. Dijo que el fallo contra García Luna es utilizado de manera personal por el gobierno de López Obrador para atacarlo.
“Bueno, es evidente que hay en México una persecución clarísima de carácter político, mediático, en contra mía y que el fallo incluso se trata de utilizar para exacerbar esa persecución, es casi personal de parte del gobierno”, agregó.
Ese mismo día, el propio AMLO en su mañanera consideró posible que, ante una reducción de condena, García Luna involucre a los expresidentes Vicente Fox y Felipe Calderón, al afirmar que tenía trato con los cárteles y la forma en que negociaba con la DEA.
“Es algo evidente y lógico, que él informaba a sus jefes, a Fox y a Calderón, y que también tenía vinculación con la DEA y que trabajaban con la DEA, porque con ellos echaron a andar el operativo ‘Rápido y Furioso’, mediante el cual permitieron la entrada de armas al país”.
Tras los dichos de Calderón sobre la “persecución” de la que sería objeto, López Obrador respondió ayer.
“En lo que a mí corresponde ¿qué persecución puede haber? Si hubiera persecución ya hubiéramos denunciado al presidente. No se llegó a la participación que exige la ley para que la consulta fuese vinculante, yo dije incluso que si se iniciaba un proceso iba estar en contra porque no estoy pensando en perseguir a nadie”, dijo.
Y le recomendó, si está seguro “de la inocencia” de su exsecretario de Seguridad Pública, proceder contra las autoridades estadounidenses, a la par de brindar información sobre por qué mantuvo a García Luna en su cargo pese a los señalamientos de servir a las bandas del crimen organizado”.
Tiene razón AMLO, no hay proceso abierto contra Calderón -¿aún?-. ¿No se le investiga? Probablemente no, pero sí se lucra con él. Y se lucra, porque el expresidente ha sido incapaz de pintar su raya con García Luna. Ahora él hace lo que tanto ha criticado de López Obrador, se envuelve en la bandera de víctima y se dice perseguido por un complót orquestado desde el poder. Parece que los papeles se invirtieron.