Sin lugar a dudas uno de los mayores escritores mexicanos vivos
Un poema de su pluma en exclusiva para El Noticiero
El Maestro César Silva, un escritor colimense avecindado en Manzanillo, cada vez con más renombre en las letras locales, por sus volúmenes publicados, algunos de los cuales tienen importantes ventas a través de portales como Amazon, nos comparte el honor de su convivencia y aprendizaje con uno de los más grandes poetas no solamente del Occidente mexicano, al ser oriundo de Jalisco, sino uno de los más grandes escritores mexicanos vivos, como es el caso del Maestro Ricardo Yáñez.
César Silva es originario de la población de Alcaraces en el municipio de Cuauhtémoc, Colima, nacido en 1966, y quien actualmente trabaja en pro de la cultura y las letras, de la mano con las bibliotecas municipales y haciendo diversos eventos culturales dentro del organigrama del gobierno municipal encabezado por Griselda Martínez, quien tiene una gran admiración por el Maestro Ricardo Yáñez.
LA TRAYECTORIA
Yáñez nació en Guadalajara en 1948, se formó en dos facultades de Filosofía y Letras, siempre teniendo mucha relación con nuestro estado de Colima en su etapa formativa, y actualmente vive en la Ciudad de México, donde colabora con el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), siendo considerado uno de los mayores escritores mexicanos vivos, sino es que el principal de todos, por su trayectoria y calidad de sus publicaciones.
Fue fundador de los periódicos El Sur, Uno más uno y La Jornada, entre otros, y es colaborador de publicaciones tales como Biblioteca de México, La Gaceta del Fondo de Cultura Económica, La Jornada Semana, Revista Universidad de México, Suplemento Sábado y la Revista Siempre. Entre sus principales publicaciones están “Prosaísmos”, de 1995, y “El Alfabeto en la niebla”, del 2003.
Gracias a la intermediación del Maestro César Silva, tenemos el honor de publicar en exclusiva en el periódico El Noticiero un poema del Maestro Ricardo Yáñez, uno de los mejores poetas vivos de este país.
EL POEMA
Ricardo Yáñez
Una glosa
Soy el sueño de un manzano
que florecido se vio,
¿o lo soñé? Qué sé yo.
La claridad me entendía
y el sonido del arroyo
y era mi voz el apoyo
del sol, que solar ardía.
Mi corazón me decía
este latir no es en vano
y esta luz te echa una mano,
¿te das cuenta?, en armonía
con el pesar que sentía
soy el sueño de un manzano.
Era yo sólo un contento
después de tanto pesar
y más que hablar fue cantar
aquel matinal momento.
De hadas no era, cierto, el cuento,
¿o sí? No diré que no.
De pronto nada se oyó
y el silencio se escuchaba
así mismo y se miraba
que florecido se vio.
Vaya, dije, vivo estoy,
y así ha sido siempre, veo
que estoy vivo y no lo creo,
desde siempre, no desde hoy.
Soy arena de oro y soy
esta claridad que no
me tocaba, y me tocó
a esta hora inusitada
como puntiaguda espada,
¿o lo soñé? Qué sé yo.
“Es incapaz de hablar porque no habla una lengua humana. Aun cuando conociese todas las lenguas de la tierra, aun cuando las comprendiesen también los seres que ama, aun así, no podría hablar. Abraham habla un lenguaje divino, habla en lenguas”. Sören Kierkegaard.
La pluma del Maestro Ricardo Yáñez, a sus setenta y cinco años de edad, es una que ya quedó grabada con letras doradas en la historia de la literatura y la poesía mexicana, y muy en especial de nuestra zona Occidente.