Segunda parte y última
En mi colaboración anterior, comenté la primera parte de la iniciativa de Reforma Electoral, que el Presidente envió la Cámara Baja, que propone reducir a 96 los senadores y a 300 los diputados federales, además de reducir también en congresos estatales y regidores en municipios, en ambos casos con relación al número de habitantes. Sobre esa parte de la reforma, en lo personal estoy de acuerdo en su reducción, siempre y cuando se respete la representación de senadores, diputados y regidores plurinominales, para que la oposición tenga voz y voto en dichos órganos de gobierno, para no caer en cámaras o ayuntamientos con integrantes de un solo partido, como sucedió por muchos años en el México del siglo XX.
En esa parte de la iniciativa, es posible que los partidos de oposición acepten algunas reducciones, aunque ello vaya contra sus intereses, ya que las figuras de cada partido, verían reducidas sus expectativas de su acomodo en las plurinominales, a cuyos elementos tendrían que meterlos a realizar campañas para poder triunfar y acceder a sus curules.
La parte más complicada de esta iniciativa radica en la reducción presupuestaria de los partidos políticos de la oposición, incluso de los aliados morenistas PT y Verde Ecologista, que ante el avasallamiento de los recursos que le otorga el INE a Morena, verían seriamente afectadas sus actividades, ya que a Morena, de los 5,544 millones, se llevó el 38% del total; conforme a los votos obtenidos en 2018, recibió 1,835 millones, mientras que el resto de los partidos obtuvieron magras aportaciones. Si al PT, su aliado, le asignaron 417 millones y estuvo a punto de desaparecer, por apenas llegar al 3% de votos totales requeridos, con esta propuesta de reducir la mitad de presupuesto a los partidos, con 200 millones para 2023, desaparecería del espectro político, sería un suicidio si sus diputados votan a favor.
La misma suerte correría el Verde Ecologista, el PRD y Movimiento Ciudadano que pondrían en riesgo su supervivencia, mientras que PAN y PRI, que en ese orden recibieron recursos, podrían aguantar hasta un 25% de reducción. Morena, no tendría problema en apoyar el tema, ya que aunque le resten la mitad, cuenta con el respaldo del gobierno federal y ahora de 18 gobernadores morenistas, que le apoyan con recursos de todo tipo. Supongo que tanto el PT, como el Verde Ecologista, no obstante ser aliados de Morena, no votarán a favor de la reducción de sus prerrogativas financieras.
Lo más delicado y grave es la absurda propuesta de elegir vía voto ciudadano a magistrados del INE y del TEPJF, lo que significaría una regresión histórica de más de 50 años, poniendo en riesgo nuestra democracia.
La inaceptable propuesta de AMLO radica en que esos nuevos magistrados del INE y del TEPJF, primero serían propuestos como candidatos a magistrados, una parte por él, otra por la Cámara de Diputados y otra más por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para luego hacer campaña y ser electos por voto popular; todo un verdadero galimatías que no tiene pies ni cabeza. En ningún país civilizado del mundo el organismo electoral, ni los magistrados de tribunales son elegidos por votación popular directa.
Generalmente los aspirantes propuestos pasan por un cedazo riguroso de las cámaras de representantes y no por todo un conglomerado de votantes; propuesta que constituye un despropósito, ya que al final Morena o mejor dicho AMLO que propone, la Cámara Baja, donde tiene mayoría y la SCJN que en buena parte la maneja, todo quedaría bajo su control, como ocurrió en el siglo pasado por más de 60 años.
Quienes tenemos memoria y nos tocó ser testigos de las luchas de la oposición para desterrar los fraudes electorales y el control electoral por un solo partido y su gobierno, valoramos en todo lo que vale, primero la creación del IFE como organismo autónomo y sin el control del gobierno y después, como efecto del reclamo de organizaciones de izquierda y personajes de la política, entre los que estuvo AMLO, haya mejorado su organización y funcionamiento el IFE como nueva institución garante de la democracia.
No defiendo los altos sueldos o prebendas de consejeros y magistrados electorales, por el contrario, esta demostración popular en favor de la institución debería ser aprovechada por los propios funcionarios, para bajarse, de motu propio, la mitad sus sueldos y prerrogativas y así quitar un poderoso argumento de sus detractores y de la misma sociedad mexicana, para salvaguardar la integridad, autonomía y prestigio que sin lugar a dudas a conquistado el INE, para seguir siendo el garante de la libertad y la vida democrática del país. Por lo pronto el INE, NO SE TOCA.
Como analista y ciudadano mi posición es el INE, NO SE TOCA!