Primera parte
Independientemente de la importancia de la aprobación del presupuesto de ingresos y egresos de la Federación, (PEF 2023) que en este mes debe por ley quedar aprobado, la iniciativa presidencial de Reforma Electoral es tema que acaparará durante semanas los comentarios de analistas, políticos y de ciudadanos mexicanos en general, interesados y preocupados en el futuro de los partidos políticos, la conformación de las cámaras federales y locales, pero especialmente en el futuro de la democracia mexicana, cuya fortaleza o debilidad hoy está en juego. Por lo extenso de dicha iniciativa de reforma Constitucional y el espacio para abordar el tema, lo desarrollaré en dos partes.
Reducción de órganos legislativos y de gobierno. La iniciativa presidencial propone reducir la actual integración de la Cámara de Senadores, que cuenta con 128 representantes, para, de aprobarse, quedar con 96 senadores en total. La propuesta no es mala en sí, recoge el sentir de la mayoría de los mexicanos que deseamos contar con una Cámara Alta menos obesa, siempre y cuando respete la designación, por la vía del voto directo, de dos representantes por entidad federativa, para garantizar la autenticidad del pacto federal, pero también, dar oportunidad a los partidos de oposición, cuyos candidatos no resulten triunfadores en el proceso electoral respectivo, para tener representación, voz y voto, que garanticen el ejercicio de la democracia y la pluralidad, en un régimen de carácter republicano, como lo es el nuestro.
En la Cámara de Diputados, que desde hace muchos años se integra con el abultado número de 500 legisladores, la iniciativa propone una reducción de 200 para quedar en 300, que representen al mismo número de distritos electorales, en que actualmente se divide el país. Si bien casi todos estamos de acuerdo con esta reducción, el problema consistirá en que los partido políticos, cuyos legisladores emitirán el voto camaral, estén de acuerdo en tal reducción. Desde mi apreciación pudiera ser que acepten un recorte de 100 diputados, que incluya proporcionalmente, a los de mayoría relativa como a los plurinominales.
En la conferencia mañanera de anteayer lunes, el presidente va más allá, pretende que desaparezcan los plurinominales y que los 300 diputados sean solamente aquellos que triunfen en las urnas. Ello significaría una regresión histórica de más de 40 años, cuando no existían diputados de representación; borraría de un plumazo el importante avance democrático que promovió Jesús Reyes Heroles en 1977, cuando sentenció que: “Sólo ignorando el estado de la ciencia política, puede proclamarse el absoluto imperio de la mayoría sin el equilibrio de la representación de las minorías… porque nada importaría que ninguno quede excluido del derecho de votar, si muchos se quedan sin la representación, que es el objeto y finalidad del sufragio”.
También se propone reducir el tamaño de los congresos locales, con base en un criterio poblacional; es decir un diputado por cada 50 mil habitantes; así Colima, que ahora está sobre representado con 25 tribunos, con sus 700 mil habitantes, solo debe tener 15 como máximo, opinión que he venido sosteniendo en mis colaboraciones desde hace más de 10 años. Ello implicaría una nueva conformación geográfica de los distritos electorales, para que refleje con mejor precisión los núcleos poblacionales a los que debe representar el legislador que corresponda.
De igual forma, la iniciativa de AMLO pretende reducir el número de regidores en los municipios, de acuerdo a criterios poblacionales, sin precisar. Así por ejemplo, Ixtlahuacán, cuya población es de 7,500 habitantes, tiene desde hace tiempo ocho regidores y en cambio, Manzanillo, que cuenta con 160 mil habitantes, solo tiene once, cuando de acuerdo al criterio propuesto puede tener 16. La idea es que de los más de 2,600 municipios, donde en muchos casos su población es de uno a cinco millares, puedan elegir al alcalde, al síndico y por lo menos a 3 regidores, uno de ellos representante de la primera minoría, para que haya oposición en los cabildos.
En cambio, hay municipios como Ecatepec en el Estado de. México, cuya población sobre pasa los 3 millones de habitantes y cuenta con apenas un presidente, un síndico y siete regidores, electos por planilla según el principio de mayoría relativa; un síndico y cinco regidores designados según el principio de representación proporcional; es decir un total de 12 regidores, síndico y presidente; lo que nos habla de un desfasamiento y una desproporción descomunal, que debe reglamentar la pretendida reforma electoral, tema y discusión nada fácil. En próxima entrega seguiré analizando las propuestas faltantes.