El proyecto “Perfil epidemio-toxicológico para definir una región de emergencia socio-ambiental y sanitaria en el Estado de Colima”, de la Universidad de Colima, recibió financiamiento del Conacyt como uno de los Proyectos Nacionales de Investigación e Incidencia de los Programas Nacionales Estratégicos (Pronaii-PRONAES), que vinculan universidades, gobiernos en sus tres niveles y sector privado en conjunto, para saber qué elementos contaminantes existen en Colima.
Así lo dio a conocer el responsable técnico del proyecto, Oliver Mendoza Cano, quien explicó que este trabajo colaborativo y de vinculación estratégica permitirá saber cómo, de qué y con cuánto se está enfermando la gente y si las emisiones al aire, los componentes químicos que se encuentran en el agua y/o el suelo, ya sean naturales o antropogénicos, impactan en la salud.
En entrevista, Mendoza Cano explicó que este proyecto dará la pauta para desarrollar una estrategia a partir de estudios realizados en cinco escenarios de acción (Manzanillo, Minatitlán, Tecomán, Colima-Villa de Álvarez y Cuauhtémoc-Quesería), elegidos porque sus actividades económicas, industriales y sus procesos naturales reportan parámetros que impactan en la salud de la población y el medio ambiente.
El investigador de la Facultad de Ingeniería Civil señaló que, particularmente en Colima, las cifras de enfermedad y muerte en personas con cáncer son altas, de acuerdo con datos epidemiológicos de la Unidad de Inteligencia en Salud Pública. Con los datos que la Unidad reporta, dijo, existen diferencias significativas en al menos seis tipos de muertes por cáncer en el estado (próstata, mama, colon, pulmones, ovarios y útero), cuando se comparan con los datos reportados a nivel nacional, detalló.
De allí nació la iniciativa de proyecto, resaltó Mendoza Cano, “y el hecho de que el Conacyt decidiera aprobarlo refleja que existe una preocupación de lo que sucede en esta parte del país”. En este punto, resaltó, “coinciden las autoridades del Conacyt y la Universidad de Colima, la Dra. María Elena Álvarez-Buylla y el Dr. Christian Jorge Torres Ortiz Zermeño, respectivamente, quienes con su gran visión a favor de las necesidades en el estado, lograron detectar polos de oportunidad”.
Mendoza Cano dio a conocer que el financiamiento otorgado para realizar el perfil epidemio-toxicológico de Colima es de 9 millones 707 mil pesos, “un financiamiento que incidirá en la población colimense con la coordinación de autoridades, empresas, sociedad y científicos de todo el país”, añadió.
En los dos años y medio que durará el proyecto, describió Oliver Mendoza, “haremos una evaluación de riesgos a la salud por exposición a agentes tóxicos y, principalmente, nos enfocaremos en la población infantil asentada en los 5 escenarios, debido que son el grupo etario con mayor vulnerabilidad”.
Además, dijo, “este grupo de edad otorgará más información sobre el impacto de los agentes contaminantes en las edades siguientes y permitirá que las acciones de incidencia cobren la relevancia proyectada”.
Explicó que ya trabajan en la primera etapa, que consiste en un diagnóstico preliminar con mediciones ambientales, un estado del arte de la problemática socio-ambiental en Colima y la ubicación de estaciones para medir la calidad del aire en Colima.
“Estaremos generando información en tiempo real, disponible para toda la población, con la posibilidad de guardar datos de manera histórica para comprender mejor los fenómenos que se están presentando en esta región”, añadió.
En este apartado, el investigador resaltó que generarán un sistema de vigilancia comunitaria para detectar alertas en materia epidemio-toxicológica “y fortaleceremos la capacidad de respuesta social a través de un acompañamiento entre actores sociales y políticos”.
Adelantó que el proyecto incluye una serie de campamentos sanitarios y sociales en las comunidades identificadas con los mayores datos de vulnerabilidad toxicológica; “se podrán cuantificar bio-marcadores de exposición, principalmente de metales pesados, plaguicidas y de algunos químicos”.
Algo muy importante de estos proyectos de incidencia nacional, remarcó el investigador, “es la transferencia de la información toxico-epidemiológica que va resultando para la toma de decisiones colectivas; en este esquema está contemplado el acompañamiento de la parte social, científica y gubernamental, junto con la industria privada”.
“Ésta es la ciencia en su labor más pura dando un adelanto de lo que encontramos y organizando a los sectores para impactar en la sociedad”, expresó Oliver Mendoza, “es la ciencia con incidencia”.
Desde 2002 Oliver Mendoza Cano se encuentra haciendo investigación. En ese año se graduó como Ingeniero químico metalúrgico y su trabajo de investigación final se centró en el estudio de metales pesados en los lixiviados del relleno sanitario de Colima. Recordó que en esa investigación de 2002 encontraron metales en el sitio de lixiviados y en lugares aledaños.
Aquella investigación, dijo, fue mi incursión en el tema, junto con mis prácticas profesionales con equipos de cromatografía de gases en la Universidad Estatal de Moscú, en esa misma etapa de la licenciatura.
Sobre el impacto académico del proyecto actual, Mendoza Cano dijo que participan y se integrarán investigadores de centros universitarios de investigación, facultades de la Universidad de Colima, universidades nacionales y alumnos de licenciatura y posgrado de la casa de estudios colimense y de otras instituciones de México.
También reportó que participarán el IMSS, el Centro Regional de Investigación Pesquera, IMADES, CONAGUA Colima, los servicios de salud de Colima y asociaciones civiles; “desde este febrero próximo, en la segunda etapa, participarán estudiantes de Derecho, Medicina, Enfermería, Nutrición, de Psicología y Químico Farmacéutico Biólogo”.
Finalmente, el responsable técnico del proyecto resaltó que la Universidad de Colima está haciendo un esfuerzo muy importante en el tema de medio ambiente y que se encuentra en los últimos pasos de la propuesta sobre el proyecto del Doctorado en Ciencia Ambiental Global, por lo que reconoció un interés de académicos y académicas de múltiples áreas del conocimiento por crear condiciones que favorezcan este tipo de iniciativas.
Agradeció la exitosa vinculación que ha logrado la Universidad de Colima con el Conacyt para enarbolar esta estrategia en beneficio de la sociedad, y para concluir hizo un llamado “a que los científicos se reconstruyan para adaptarse a lo que la sociedad, a través de la institución pública, requiere”.