*El investigador de la Universidad Autónoma de Nuevo León impartió videoconferencia sobre métodos alternativos de resolución de conflictos.
En el marco del Seminario Permanente de Cultura de Paz “La interdisciplinariedad y aportaciones de otras ciencias a la cultura de paz”, que organizó la Facultad de Derecho de la Universidad de Colima, se impartió, en modalidad virtual, la conferencia “Relación de la mediación como método de solución de conflicto y la responsabilidad social de las empresas: un aporte a la construcción de paz y el desarrollo sostenible”, a cargo del investigador de la Universidad Autónoma de Nuevo León, Roberto Guerrero Vega.
Para el ponente, el conflicto en los seres humanos es un fenómeno multidimensional que se estudia de forma multidisciplinar y, para comprenderlo, comentó, existen muchos estudiosos e instituciones que han tratado de definirlo, como la Real Academia de la Lengua Española (RAE), que lo relaciona con palabras como enfrentamiento, desgracia o situación de difícil salida; “existe toda una corriente de estudiosos que observan el conflicto como algo netamente negativo, entre ellos Eduard Vinyamata o Ron Kraybill”.
Sin embargo, añadió, existen investigadores como Johan Galtung, que definen el conflicto como un hecho natural, estructural y permanente del ser humano, que puede ser entendido como una crisis u oportunidad, además de una experiencia vital holística que no se soluciona, sino que se transforma; “por su parte, Elena Suárez Basto dice que el conflicto no es positivo ni negativo, ya que indica un desgaste y displacer, pero dentro de este proceso desagradable existe una posibilidad de crecer y adquirir estrategias que pueden servir para afrontar conflictos futuros”.
Añadió que la mayoría de los estudiosos coinciden al señalar que el conflicto es un fenómeno histórico inherente al ser humano “y precisamente conceptos como la mediación, conciliación y arbitraje han nacido como métodos alternos para aliviar la presión de los saturados sistemas de justicia en los diferentes países; estos métodos alternos han existido desde los orígenes de la humanidad, apareciendo en obras como La Biblia y en textos de la antigua China o Japón”.
Señaló que a pesar de su existencia tan antigua, es en épocas recientes cuando los métodos alternos de mediación se han empezado a institucionalizar y existen países como Japón, por ejemplo, donde son fundamentales para la resolución de conflictos entre sus habitantes; “en este país asiático, la mayoría de conflictos se resuelve a través de la mediación, y como ejemplo basta ver que por los 127 mil 560 millones de habitantes que se tienen registrados, existen 15 mil abogados, frente a diez millones de mediadores”.
Comentó que en la época moderna y en el plano internacional, particularmente el 18 de octubre de 1907, La Haya reconoció a la mediación y al arbitraje como mecanismos para resolver controversias entre los estados, situando a estos métodos como no jurisdiccionales en la resolución de conflictos.
“Durante el siglo XX la mediación se fue institucionalizando, en primer lugar en Estados Unidos con la creación, en 1913, del Departamento de Trabajo para resolver los conflictos patronales, en 1920 con la promulgación de la Ley Ferroviaria o la creación de la Asociación de Profesionales en Resolución de Disputas y el Centro de Resolución de Disputas en 1973, entre otros”, detalló.
Dijo también que durante los últimos 40 años, la mediación se ha convertido en uno de los métodos alternativos con mayor aceptación en el mundo debido a dos factores primordiales: el crecimiento de la doctrina y la investigación sobre estos temas, así como la expansión en la aplicación del conflicto.
Al hablar sobre la responsabilidad social empresarial, señaló que se trata de una forma de gestión que se define por la relación ética de la empresa con todos los públicos con los cuales ella se relaciona y por el establecimiento de metas empresariales compatibles con el desarrollo sustentable de la sociedad, “preservando recursos ambientales y culturales para las generaciones futuras, respetando la diversidad y promoviendo la reducción de desigualdades sociales”.
En este sentido, aseguró que la responsabilidad social empresarial “no es un acto de filantropía para recibir el aplauso de la comunidad, sino una retribución a la que están obligadas las empresas responsables por la explotación de los recursos, ya sea medioambientales o de mano de obra, en el lugar en el que se desarrollan, a fin de preservarlos para las generaciones futuras, como ya se postuló en 2015 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.
Particularmente sobre los métodos de mediación en las empresas, Guerrero Vega informó que en el año 2019 se realizó una encuesta en Estados Unidos a mil de las mayores corporaciones de la nación, dando como resultado que el 85.5% de ellas utilizaba la mediación o conciliación en los conflictos de índole laboral y se demostró, dijo, que tres años atrás este porcentaje, respecto al uso de mediación de conflictos, era del 76%.
“Esto nos indica -explicó- que los métodos alternativos no solamente ayudan a la sociedad, sino que también económicamente a las mismas corporaciones, porque llevar los casos o los conflictos a la sede judicial implica otra serie de gastos y acciones que se tienen que llevar a cabo”.
Dijo también que el incremento en el uso de los métodos de solución de conflictos en la práctica de las empresas, sociedad, universidades y comunidad en general, “es una prueba significativa de que la sociedad está buscando medios diferentes para solucionar sus controversias; la mediación puede ser vista como una herramienta pacificadora que contribuye a gestionar los conflictos”.
Finalmente, señaló que la mediación, de acuerdo a sus características y beneficios, “es una figura que puede verse como un indicador que promueve el bienestar, la construcción de paz y que brinda su aporte para que las organizaciones, por medio de sus planes internos o externos, alcancen la sostenibilidad deseada por Naciones Unidas”.
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