* Tin Tan lo menciona en una canción; ahí comía en caravanas artísticas
* Ofrecen comida tipo casera buscada tanto por trabajadores como turistas
Una de las cosas típicas que tiene Manzanillo es el Mercado de Comidas Francisco I. Madero, mejor conocido como Los Agachados, el cual tiene nueve locales comerciales donde se expende comida casera preparada, incluyendo guisos y sopas de carnes, verduras y mariscos diversos, atendidos por familias de comerciantes oriundos de Manzanillo que ya tienen en algunos casos cuatro generaciones atendiendo a los comensales.
AQUELLOS PUESTITOS CHAPARROS DE MADERA
Iniciaron en 1930, hace 93 años, sobre la calle Madero en improvisados localitos de madera de baja altura, por lo que las personas que acudían a degustar sus recetas, tenían que hacerlo agachándose, ya que, por muy chaparritas que fueran las personas, la corta altura de los locales de madera hacía que tuvieron que inclinar su espalda y cabeza.
De ahí surgió el nombre con el que todos los porteños los conocen, Los Agachados. Inicialmente hacían sinergia con el mercado de la ciudad, que se encontraba a una cuadra, sobre la avenida México, en lo que hoy es el llamado Centro Comercial.
Ellos estaban sobre la calle, mientras que en el lugar en donde hoy trabajan se encontraba el Cine Reforma. Inclusive, este mercadito informal de madera se extendía hasta el cerrito del Sector 4, por donde hoy se encuentra una tienda de conveniencia y el Monte de Piedad. Cuando este cine desapareció, los locatarios ocuparon ese espacio, donde hasta la fecha se ubican.

Los localitos chaparros de madera que obligaban a la gente a inclinarse.
UN MERCADO PARA TODO TIPO DE COMENSALES
Sin embargo, a pesar de llamarse oficialmente Mercado de Comidas Francisco I. Madero, el nombre de Mercadito Los Agachados se les quedó para siempre, y así es como popularmente lo conocen los porteños. El Mercado 5 de Mayo ya no se ubica en sus cercanías, pero ellos siguen operando en su sitio de trabajo donde siempre, con nueve locales activos, así como varios otros actualmente en desuso.
El lugar está embaldosado totalmente con mosaico blanco, para mostrar su limpieza y tiene unos sanitarios impecables. De las muchas oficinas y centros de trabajo que hay alrededor, muchas personas acuden a comer a Los Agachados, ya que no tienen tiempo de ir a comer hasta su casa, aprovechando que en este lugar se venden alimentos preparados caseros, siempre acompañados por tortillas hechas a mano, lo cual los hace especiales.
2020, AÑO DE PESADILLA
Los turistas también en sus recorridos por el centro los identifican y prefieren, entre otras cosas, porque manejan precios muy económicos y accesibles para todos los bolsillos. De manera que, de toda clase de personas y economías, tienen un público cautivo. El representante de este mercadito de comidas, Gilberto Jiménez Enciso, señala que el año 2020 fue muy difícil para ellos, por el estallido con fuerza del Coronavirus 2019, que hizo que tuvieran que cerrar por varios meses, más de medio año, y que después enfrentaran un buen tiempo en que la clientela casi bajó a cero.
Por todo ese lapso sobrevivieron sin ganancias, si acaso con lo necesario para pagar sueldos y volver a surtirse; pero afortunadamente, desde el 2022 las cosas han ido mejorando, y las ventas se han normalizado y con ello su economía ya para inicios de este 2023. En el caso de la Fonda Jiménez, su propietario dice que ya van para la cuarta generación de la familia Jiménez que está atendiendo esta fondita con mucho cariño y perseverancia.

Mercado Francisco I Madero Los Agachados de Manzanillo en años recientes.
INMORTALIZADOS EN LA CANCIÓN DE TIN TAN
Dicen que a mediados del siglo pasado, en los años cincuenta, venían a Manzanillo muchas caravanas artísticas con grandes actores nacionales, tanto cantantes como magos, payasos y comediantes, muchos de los cuales salían en películas en el cine nacional, estando entre ellos Manolín y Schilinsky, Vitola, Pedro Infante y Tintán y su Carnal Marcelo, entre otros.
Germán Valdez acostumbraba durante el día ir a comer menudo a este mercado cuando venían las caravanas, de manera que no les sorprendió cuando un tiempo después apareció una canción suya que decía: “A comer pancita en Los Agachados”.
Hay que decir que no existe otro mercado de comidas en el país que lleve el nombre de Los Agachados, y que, aunque es verdad que en Manzanillo a la comida mencionada se le conoce como menudo y no pancita, se entiende que Tintán, quien tenía como su principal centro de operaciones el centro del país, la llamara con este nombre, pancita, que es como se le conoce en el centro del país.
Hasta la fecha, dice Jiménez Enciso, algunos clientes que llegan a comer menudo desde Veracruz, piden este plato como mondongo, y los locatarios ya saben que se refieren al menudo; mientras que las personas del centro del país lo piden como pancita.
En varios locales de venta de comidas ahí se observa trabajando en el servicio a las mesas de los comensales a algunos inmigrantes haitianos, que ahí han encontrado donde emplearse. Hace algunos años en la segunda planta se encontraba el Instituto Universitario de Bellas Artes de la Universidad de Colima, pero actualmente el sitio superior está vacío.
En este lugar acostumbraba a pasear para comer, convivir y platicar un gran personaje popular porteño ya desaparecido, Paco Morales, el cual dicen que actualmente se aparece como fantasma muy temprana por la mañana o por las noches. Los Agachados es un punto de reunión de muchos porteños, y hay familias que gustan de ir a comer ahí desde hace muchas décadas, es por esto que es uno de los lugares más tradicionales de nuestra ciudad en su primer cuadro desde hace noventa y tres años.